Canaima - Venezuela
Parque Nacional Canaima - Venezuela
El Parque Nacional Canaima, es uno de los más fascinantes
e interesantes del país y del mundo, lo que lo ha convertido en uno de los más
visitados por turistas extranjeros. Cuenta con numerosos lugares de interés y
está dividido por dos sectores: el oriental y el occidental. Uno de los lugares
más atractivos de del sector occidental es su inmensa laguna, la cual se
alimenta por varias cascadas pequeñas: Hacha, Wadaima, Golondrina y Ucaima.
La laguna de Canaima es un enorme remanso formado por las aguas turbulentas del río Carrao al pie de las cataratas, antes de reiniciar su carrera hacia el Caroní. Lo primero que llama la atención al navegar sobre esta corriente es la espuma que ribetea la superficie de la laguna y el color peculiar de sus aguas, negro en las zonas más profundas y rojizo-amarillento en las riberas. Esta singular coloración se debe a la concentración de ácidos fúlvico y húmico, productos de la descomposición vegetal en las cabeceras de los ríos; y la espuma que se forma en las caídas de agua se debe a la saponina, otra sustancia derivada de la descomposición del material vegetal. En la parte de atrás se pueden observar tres tepuy, El Nonoy Tepuy (Zamuro o Buitre), El Kuravaina Tepuy (Venado" o Ciervo) y El Topochi Tepuy (Cerbatana o Soplete). Existen varias cataratas, tales como Salto El Sapito, Salto El Yuri, y el Salto El Sapo: Esta caída de agua muestra su rostro más espectacular durante la temporada lluviosa, cuando aumenta sensiblemente su caudal de agua. Una alfombra vegetal de color verde o bronceado cubre las lajas; se trata de plantas similares a musgos o hierbas marinas, las cuales están perfectamente adaptadas al empuje de las fuertes corrientes.
La laguna de Canaima es un enorme remanso formado por las aguas turbulentas del río Carrao al pie de las cataratas, antes de reiniciar su carrera hacia el Caroní. Lo primero que llama la atención al navegar sobre esta corriente es la espuma que ribetea la superficie de la laguna y el color peculiar de sus aguas, negro en las zonas más profundas y rojizo-amarillento en las riberas. Esta singular coloración se debe a la concentración de ácidos fúlvico y húmico, productos de la descomposición vegetal en las cabeceras de los ríos; y la espuma que se forma en las caídas de agua se debe a la saponina, otra sustancia derivada de la descomposición del material vegetal. En la parte de atrás se pueden observar tres tepuy, El Nonoy Tepuy (Zamuro o Buitre), El Kuravaina Tepuy (Venado" o Ciervo) y El Topochi Tepuy (Cerbatana o Soplete). Existen varias cataratas, tales como Salto El Sapito, Salto El Yuri, y el Salto El Sapo: Esta caída de agua muestra su rostro más espectacular durante la temporada lluviosa, cuando aumenta sensiblemente su caudal de agua. Una alfombra vegetal de color verde o bronceado cubre las lajas; se trata de plantas similares a musgos o hierbas marinas, las cuales están perfectamente adaptadas al empuje de las fuertes corrientes.
A medio camino del salto, el
caudal de agua se incrementa, formando torbellinos de agua pulverizada, la
turbulencia es tan grande que entrecorta la respiración; la energía impetuosa e
inagotable del agua se desploma, a velocidad vertiginosa, desde una altura de
20 metros. Desde este punto privilegiado se puede divisar un paisaje
embrujador: en primer plano, la sabana ondulante cubierta de gramíneas, un
tupido morichal que contrasta con el verde esmeralda que lo rodea, chozas
indígena de techos de palma y, en lontananza, la silueta azulada del
Nonoi-Tepuy.
Otro espectacula lugar es Campamento Kavac, durante el vuelo y casi llegando a Kavac, hace su imponente aparición el Auyán-tepuy con su extraña arquitectura natural. Durante la época lluviosa, las mesetas desprenden por sus ranuras incontables cascadas de agua. Un extraño sistema de drenaje creado por la misma naturaleza. Varios minutos de vuelo después, se puede apreciar el Valle de Kamarata, mientras que en el horizonte se perfilan los cerros llamados testigos, que escoltan el Aparamán-Tepuy. La población de Kavac es un conjunto de cabañas indígenas, asentados al pie de una de esas terrazas. La caminata hacia las cuevas de Kavac, en el Tepuy, comienza en el campamento, después del aterrizaje. El río Kavac, una corriente de refrescantes aguas color ámbar, se abre paso por la profunda garganta.
A medida que la expedición remonta el río, esta se va estrechando cada vez más, hasta que el sendero desaparece por completo. En este punto, la hendidura se ensancha formando un pozo rodeado de altas paredes cubiertas con helechos y musgos y las aguas del río destellan bajo la luz filtrada del sol. Finalmente tenemos El Salto Angel sin duda la atracción turística más famosa de Venezuela. Su nombre indígena es Kerepakupai-merú, que en lengua Pémon significa "salto del lugar más profundo". Las cataratas caen del Auyán Tepui, al Cañón del Diablo, una gigantesca garganta, que prácticamente divide al Auyán Tepui en dos.
Las cataratas han sido bautizadas en honor del aviador americano y aventurero, Jimmy Angel, quien logró aterrizar en la superficie del Auyán Tepuy en 1937 luego de haber descubierto las cataratas desde su avión hacía ya dos años. Sin embargo, el avión quedó atascado en el barro y no pudo volver a despegar. Angel y sus tres compañeros tuvieron que descender a pie la fachada rocosa y resbalosa del tepuy y caminar durante once días por la jungla hasta llegar a una misión en el valle Kamarata. Existen otros exploradores a los cuales se le atribuye su descubrimiento, tal es el caso de Ernesto Sánchez, un oficial retirado de la marina quien ya lo había visitado en 1910 y dejado testimonio del viaje en unos croquis depositados en la Casa Blohm de Ciudad Bolívar.
A medida que la expedición remonta el río, esta se va estrechando cada vez más, hasta que el sendero desaparece por completo. En este punto, la hendidura se ensancha formando un pozo rodeado de altas paredes cubiertas con helechos y musgos y las aguas del río destellan bajo la luz filtrada del sol. Finalmente tenemos El Salto Angel sin duda la atracción turística más famosa de Venezuela. Su nombre indígena es Kerepakupai-merú, que en lengua Pémon significa "salto del lugar más profundo". Las cataratas caen del Auyán Tepui, al Cañón del Diablo, una gigantesca garganta, que prácticamente divide al Auyán Tepui en dos.
Las cataratas han sido bautizadas en honor del aviador americano y aventurero, Jimmy Angel, quien logró aterrizar en la superficie del Auyán Tepuy en 1937 luego de haber descubierto las cataratas desde su avión hacía ya dos años. Sin embargo, el avión quedó atascado en el barro y no pudo volver a despegar. Angel y sus tres compañeros tuvieron que descender a pie la fachada rocosa y resbalosa del tepuy y caminar durante once días por la jungla hasta llegar a una misión en el valle Kamarata. Existen otros exploradores a los cuales se le atribuye su descubrimiento, tal es el caso de Ernesto Sánchez, un oficial retirado de la marina quien ya lo había visitado en 1910 y dejado testimonio del viaje en unos croquis depositados en la Casa Blohm de Ciudad Bolívar.
Otro explorador que contribuyó al conocimiento geográfico de la zona fue Félix Cardona Pluig en 1927. Para poder ver este majestuoso salto, se inicia una excursión en el puerto de Ucaima, para remontar la corriente del carrao, hacer transbordo en la isla de Mayupa y llegar a la Orquídea. Una vez que se ha navegado por largo rato, se puede comenzar a divisar el Wei-Tepuy, que se asemeja a una inmensa y solitaria silla de montar puesta en medio de una extensa área selvática. Luego la curiara se interna en el angosto Churún, donde abundan los afloramientos de piedras y los rápidos que plantean problemas de navegación. A partir de ese momento, la emorme fortaleza de piedra, el Auyan-Tepuy, flanquea ambas márgenes del divagante río ambarino. De allí se llega al Cañon del Diablo, una gigantesca garganta que casi divide en dos la meseta del Auyán-Tepuy. En lo alto se divisan caprichosos riscos que forman paisajes inverosímiles, visibles sólo cuando el manto de nubes lo permite. Ya cerca de la isla Ratoncito, aparece el majestuoso Salto.
El sector Oriental del
parque es el más visitado por los turistas debido a sus facilidades de acceso
gracias a la carretera El Dorado - Santa Elena de Uairén que permite llegar con
cualquier tipo de vehículo al sector de La Gran Sabana (enlazar con la página
para mayor información), una llanura de 75.000 kilómetros cuadrados, un lugar
mágico que parece estar fuera de este planeta, hace poco decretado como un
patrimonio mundial.
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